domingo, 18 de diciembre de 2011

FALLO DEL PRIMER CONCURSO DE RELATOS CACHALOTE COCINILLAS

Reunido el jurado del Primer Concurso de Relatos Cachalote Cocinillas el día 18 de diciembre y tras varias deliberaciones, debido al alto nivel de los relatos presentados, han considerado crear una mención de honor no dispuesta en las bases.
Tras esto han decidido declarar GANADORA del PRIMER PREMIO del Concurso de Relatos Cachalote Cocinillas a:
- YOLANDA BRIONES, por su relato titulado POBRE POBRE.
Premiada con una caja de 6 botellas del apreciado vino Losada 2007 (D.O Bierzo).

Asimismo, han considerado declarar mención de honor al relato de:
- RICARDO MACEIRAS, por su relato titulado EL APRENDIZ.
Premiado con un estuche de 3 botellas de Cautivo Crianza (D.O.C Rioja)

¡Felicidades a ambos!
A continuación los relatos ganadores:

1º PREMIO


                                     Pobre pobre                  de YOLANDA BRIONES


         En un país muy lejano vivía una familia acomodada (por eso lo de lejano) que tuvo a bien invitar a un pobre a su comida de navidad, sería fantástico poder contarlo a los amigos después, incluso que la prensa y la televisión les entrevistara y hacerse famosos. Se pusieron a buscar a un pobre que diera bien con el papel, o sea barbudo, con carrito, sucio y desdentado. Y buscaron, y buscaron y no encontraron ninguno por ninguna parte, ni en esa ciudad ni en ninguna otra del país; y cuando estaban a punto de desistir de su gran idea, de repente en la puerta de uno de los dos millones de centros comerciales de la zona, vieron a una vieja con pañuelo al cuello y mandil asando castañas. Se abalanzaron sobre ella y le propusieron lo de la cena. Y cual fue su sorpresa cuando la vieja castañera levantó la cabeza y les contestó: pero seréis gilipollas, si soy la abuela, pero como os creéis que hemos amasado nuestra fortuna, pues castaña a castaña, anda iros para casa que no servís para nada, ya me encargo yo de lo del pobre.



        “Realmente abuela, este pobre que has traído es de lo más aparente, yo diría que hasta huele mal, y cómo se está poniendo, se ha comido hasta la blonda de papel, no sé de donde lo has sacado, con lo difícil que está hoy en día lo de encontrar un pobre” dijo la nieta mayor. A ver si os enteráis (respondió la abuela que para entonces estaba un poco alegre) este hombre es el que me vendió el puesto de castañas por cuatro perras, luego cuando se dió cuenta del error no lo pudo asumir y perdió la cabeza, yo lo recogí y lo mantengo como recordatorio de la estupidez humana. Levantó su copa y brindaron agradecidos por tener tan cerca un pobre de quien poder presumir.

2º PREMIO     
                                              El Aprendiz         de RICARDO MACEIRAS

-¡Imbécil! ¡Has destrozado un salmón excelente! Y ahora, ¿qué vas a hacer con el picadillo?
-Lo siento, Jefe, quería hacer una especie de croqueta que fuera más ligera para los estómagos delicados.
Nunca acertaba. Todas sus ideas eran criticadas. No parecía tener futuro en la cocina.
Había entrado como aprendiz del reputado maestro italiano y, al poco tiempo, se sentía cómodo entre fogones, ollas y artilugios, los cuales manejaba como si hubiera crecido con ellos.
Su destreza y desparpajo no escapaba a los ojos del maestro que continuamente le exigía más que a sus otros aprendices, siempre un plus y un reproche –para que aprendas- le soltaba repetidamente, pero lo que realmente latía era una mal sana envidia por la creatividad de la que él carecía.
No existía ingrediente que le asustara: esta especia con esta carne, esta hierba aromática con este pescado, anchoa sobre rodaja de zanahoria…
Utilizaba a los cocineros de los restaurantes vecinos como su grupo de degustación personal y como no siempre le salían bien los experimentos, aprovechaba sus gestos para detectar lo que sobraba o faltaba; tampoco tenía problema en que le copiaran las recetas, aunque nunca desvelaba la totalidad de sus ingredientes; normalmente le bastaba con su creatividad y los gestos de placer en la cara de los comensales.
Esta vez se le fue la mano con el polvo de delicias silvestres -finalmente descubrió que contenía setas venenosas-, que le aseguraron infalible con los platos de ave. Fue tan desastroso que los cocineros del restaurante vecino “los tres caracoles” aparecieron muertos por la mañana; menos mal que, como siempre, se lo habían comido todo y esto, unido al hecho de que siempre se deshacía de los restos de comida, le libraba de toda sospecha.
Esa fue la gota que colmó el vaso. Lorenzo y Ludovico, al tanto de sus idas y venidas, deciden que, a partir de ahora, su puesto estará en el taller de pintura del maestro Verrochio. Lo trajeron desde Vinci para que este año la comida de navidad fuera especial, no para que matara a todos sus cocineros.


1 comentario:

Necorita dijo...

¡Felicidades a los ganadores! Brindemos por ellos!!